miércoles, 30 de diciembre de 2009

Poema de recuerdos y amor



I

Desde aquella cálida inocencia
de la niñez que ya no existe,
mas que en mi ínclita vehemencia,
mezclo la alegría y lo triste
de todo aquello que es pasado
pero que viene a mí como quimera
a mi mente y a mi cuerpo cansado
hablándole con voz tenue y parlera;
¡oh gran surrealismo marcado
en este verso plasmado de moraleja,
visiones que tiene el enamorado
y que envueltas están cual madeja!

II

Me habéis engalado ameno
al estampar mi nombre ignoto
en una placa con su voto
a mi escritura y verso pleno.

Historial de breve introito
que dista mucho de decir lo que quiero,
porque se pierde en el ingrávido anhelo
y lo importante se vuelve fortuito.

INTERMEDIO I
PROFUNDIDADES

¡Ay de mí porque pensé en aquel
episodio sublime de amor fraterno,
entre la rubicunda muchacha de miel
y el solitario hombre de verso!

Como un huérfano quedaré por ti
en medio de todos mis pesares,
entrelanzando esquivos azahares
mientras tú te pierdes por ahí.

Quedará en el templo de mi cuerpo
la inconsútil llama de mi vida,
anhelando tu esencia consentida
y en medio de mi verso muerto.

Y dirás en medio de las profundidades
que me provoca tu boca de frambuesas:
"¡mis razones por fin ya están confesas
y ahora solo miro realidades!"

Pequeñita, nunca fuiste la pagana,
ni por ti me perdí en la limonera,
jamás alzaste mano zalamera
y te amé como a la más sublime hermana.

III

Esencias que se pierden todas
como la estampa más procaz y ufana,
en medio del espacio de la nada
y en el plomizo techo de pagodas.

¡Que me vuelva aquella inspiración
y el sentimiento pleno del poeta,
que se diluya la mano anacoreta
y no contriste más mi tenue corazón!

INTERMEDIO II

Yo que anhelé las venturas todas
y que disfracé mis intenciones de quererte,
por el temor que me daba a mí perderte,
soñé contigo en vano las fiestas de mis bodas.

EPÍLOGO

Como nardo refinado es tu figura
y tu belleza por demás en tanta,
que mi pluma en verso canta
envolviéndome en ti con gran finura.

Y ahora mi recuerdo pleno
me confiesa que te amo con encanto,
como a la ninfa de cerúelo manto,
de virginal y engalanado seno.

Amor que todo se encamina
como la mariposa más ufana,
de linajuda estampa cortesana,
¡entrégate mi fraternal sabina!


R. P. G.
Corazón de Jaguar



sábado, 26 de diciembre de 2009

Tu inocencia


Me acerco con igníferos plumines
y al instante tu rostro se contrista
en la atmósfera esquiva y detallista
mi dicha por aquellos tus confines.

Me entregas de oro y plata los llavines
mientras se escucha tenue el violinista,
¡oh Dios que nunca imaginé así vista
tu incólume silueta en mis jardines!

Vida mía que grácil se vislumbra
tu diáfana inocencia de una musa,
te imploro que ilumines la penumbra

mi niña de beldad noble y profusa,
¡más cuánto te amo por saber que alumbra
tu llama fervorosa y sin excusa!


R. P. G.
Corazón de Jaguar

sábado, 19 de diciembre de 2009

A una lejana seráfica




Mujer, de cierto se entrelaza
mi verso entre ramos de claveles
que impávidos imploran tu bonanza...

Sea bendita tu paciencia,
sea divina tu hermosura
y taumaturga mi vehemencia!

Mujer, de mí solo tendrás
la muestra más prístina de amor
suave y dulce como miel.

Perla mística, destello de cariño,
panegírico motivo que me inspira
a dormirme en tu regazo como niño.

Para mí eres los sublimes
toques de tierna inspiración
porque mis versos tomas y defines.

No más, no más violencia extraña
que tú mujer eres símbolo dichoso
de labios efusivos y mágica pestaña...

¡Oh mujer, bendita, sublime y coqueta
que eres mi mayor anhelo
recibe mis versos en hojas de violeta!


R. P. G.
Corazón de Jaguar




viernes, 18 de diciembre de 2009

Anhelos



Si tú me quisieras mi linda niñita
con suave dulzura, olor de jazmín,
ebúrneas tus manos de musa chiquita
tejieran en mi alma vaivén de carmín;
en cuentos de bosques, dragones y reinas
figura tu nombre de grácil hurí,
¡meliflua, divina que dulce te peinas
tus rizos de diosa por todo el jardín!

¡Cuántas mis penas que tristes te lloran
por ser las primeras que tengan de ti
el cálido beso que impacientes añoran
mis años pasados presentes aquí!

No puedo negarlo que como paloma
tu alma me dice "te quiero hasta el fin",
mi cuerpo te quiere, te pide y te añora
sintiendo que el tiempo cual cárdeno hostil
impide afanoso el sublime episodio
convite de esposos de porte marcial,
permíteme ahora convertidme en custodio
del amor que te tengo mi ninfa triunfal.

Y mientras mi pluma que danza coqueta
le rinde loores a tus labios de pan,
¡por fin me sonríe la traviesa ruleta
haciéndome el hombre más feliz del portal!

Anhelo, deseo e incesante te pido
que aquella distancia no sea la procaz
que impida querernos con tierna dulzura,
con mágico beso y caricia vivaz;
¡mi niña preciosa, mi blanca gatita
que alegre y con pompa caminas y vas
luciendo tu estampa de bella Afrodita
mirada inocente y olor de azafrán!

Yo quiero que seas mi fiel marquesita
¡dejad que te ponga este incólume azahar!
y el velo de novia que límpido brota
lo veo lentamente prenderse de ti,
amor que impaciente se cae como gota
en diáfano aljófar que ofrenda sutil
cariño divino que adorne la copa
oronda reluce su níveo cristal,
¡dejad que te alabe zafiro de roca,
mi niña preciosa en nuestro idilio nupcial!


R. P. G.
Corazón de Jaguar



jueves, 17 de diciembre de 2009

Nostalgias



I

¿Qué cosa rara es éste transitar
por la vida con paso fervoroso,
de caricia plena y álgido pesar?

Resuena en mi interior el eco pavoroso
de aquello ignoto que atormenta
como el tirano más cruel y poderoso.

¿Cómo no tener sedienta y afanosa
el alma que en un hilo párvulo y rojizo
pierde su existencia vana y azarosa?

Y yo, buscando en lo plomizo
de mi atormentado pensamiento
todo me es igual y advenedizo.

¿Por qué se ha enfriado el sentimiento
y el amor se ha vuelto en mí
el más cruel y lacónico lamento?

II

¡Basta, basta mi yo oscuro
que muestras mi accionar en el espejo
del pasado, del presente y del futuro!

Y ahí estás como reflejo
soledad viajera sin seguro
y se semblante ingrávido y bermejo.

Preso soy de tus caricias de papel
y de tus palabras y ósculos fingidos
que son epítome a tus adornos de oropel.

Y en la nada se quedan revestidos
mis deseos como un vergel
y mis anhelos como olvidos.

¡Todo, todo me pide sangre,
la vida, la pena y el afán endrino
que a diario asiste a su palangre!

Bien pudiera como peregrino
pisotearte soledad cual lastre
dentro y fuera del camino

pero, ¡ya no puedo, no puedo
cargar el yugo de la pena
que bisoña me señala con el dedo

exclamando la más infame befa
a mi prístino y exánime denuedo
que lucha por hacer tu vida plena

inocente muñequita bella
que resplandeces en mi vida
como la más sublime estrella!

III

¡Las nostalgias pálidas y ufanas
que arrojan mis queridas
letras por las puertas y ventanas!

Porque mis vivencias son movidas
por las inopias de la soledad
volviéndose frustraciones deslucidas.

¿Me comprendo, acaso en verdad
me comprendo tal cual soy
con toda mi reflexión y novedad?

Nada como lo que escribo hoy
a éstas nostalgias con desdén
fatídico que cumplen su boicot...

IV

Sombras y arena quedarán
de la esencia de este pobre
hombre que anheló en verdad

relucir como a ennegrecido cobre
su existencia en soledad
y rebosante de sentir salobre.

Y la suavidad del labio
que sólo probó en su fantasía
se torna el más adusto agravio.

¡Ay de su heteróclita osadía
porque buscando la respuesta
mató a su alma en la monotonía

de pensar en algo que nunca fue
real ni siquiera en su interior
vacío como un quinqué

pero a la vez iluminado
por el esperanzador
anhelo de quien busca ése por qué

de su vida tan llena de frustraciones
y del pasar desgarrador
de aquellas utopías con sus pasiones.

¿Qué cosa rara es el pensar
en las nostalgias que hay en derredor
de aquel que exclama cual juglar?

Lo sabré, de cierto lo sabré yo
que nunca pude imaginar
ni concebir las verdades del amor

en la existencia efímera del ser
que sale bajo el arrebol
y se esconde en la atmósfera fatal...

¡Oh paradoja que sin prisa
te vuelves ardiente como el sol
somos tan sólo nostalgia y risa!


R. P. G.
Corazón de Jaguar