domingo, 21 de marzo de 2021

Soneto a una flor del campo

 ¡Qué bello es contemplar tu vestidura

tostada por el Sol, más queda ilesa,

tu mano y tu talón son de princesa,

incitas al placer de su aventura!


¡Alúmbrate coqueta, fiel dulzura

refléjate en el disco de turquesa

que en plumas de quetzal tu boca impresa

expone con fervor su comisura!


Te gozas como indómita estrellita

al toque del tambor precolombino,

oh luna sensorial de malaquita


mi sueño es desposarte cual felino;

¡y el cielo de obsidiana nos invita

la copa del amor alabastrino!

miércoles, 9 de septiembre de 2020

Resplandor del Istmo

Ixtaltepec, el pueblito
donde se adornan con flores
terruño de la tehuana
que es dueña de mis amores.

Se recostó plenamente
con su vestido rosado
y entre sonrisa inocente
mostró su encaje y tocado.

Un par de aretes y olanes,
el ahogador y el refajo,
llevas la magia del pueblo
que es fruto de tu trabajo.

Todo el atuendo que portas
hace lucir tu figura,
así lo dicta el consejo
de la costumbre y cultura.

Tu piel morena me invita
a cortejarte completa,
acariciando tus hombres
mientras te digo: "coqueta".

¡Con la frescura del río
y el devenir afamado
no se interrumpe la escena
de aquel encuentro soñado!

¡Cómo quisiera que el tiempo
se detuviera un instante
pa' contemplar tus pupilas
que te mantienen vibrante!

¡Y que tus labios istmeños
en zapoteca me digan:
"dané ti bixidu naa"
mientras las almas se ligan!

¡Porque de cierto que encarnas
de la provincia el encanto
esa inocencia divina
por la que yo te amo tanto!


Corazón de Jaguar © 

lunes, 30 de diciembre de 2019

A las gráciles mujeres de mi país

Tus gráciles mujeres, tan humanas
a quienes debo indemne mis amores,
en tu terruño fiel son bellas flores,
buenas esposas, sublimes hermanas.

Son parte de un país de alma mestiza,

con trenzas de tabaco vueltas poma
que muestran arrebol sobre su axioma
así como una planta en hortaliza.

El aire danzarín de su figuras

en foro se presentan suavemente,
cual rama virginal e iridiscente,
constancia y tradición de las culturas.

He visto el menoscabo a sus personas

y tengo una opinión respecto a ello:
¡si vieran el misterio de lo bello
que esconden sus pupilas juguetonas!

Avísenle a mi ser bajo sus mantos

que enhebran la bastilla con soltura,
son pechos de mamey y sus cintura
perímetro de todos sus encantos.

Da gusto vislumbrar a cada día

el verlas caminar como en antaño,
pasitos de vaivén, las acompaño;
permítanme ofrecer mi cortesía...

Aspiro con un gozo estacionario

el néctar de su piel apiñonada,
¡y entiendo a más de una enamorada
de aquel juglar que exorna su vestuario!

Son gráciles e incólumes sus bocas

de suave paladar en que despliego
mi examen nocturnal y veraniego
frutillas con licor, ¡las hay muy pocas!

Su velo provincial es la minuta

de un tiempo deteniéndose al instante,
¡no hay cosa parecida o semejante
que enfrente esta verdad tan absoluta!

Mantengo esa actitud, es mi esperanza

de ser testigo fiel a lo que incito,
¡mujer de mi país te felicito
por ser al día de hoy mi semejanza!

Y a mi visión confieso claramente

que Helguera las pintó en un calendario,
con porte juvenil y temerario...
¡quizá con una flor sobre su frente!

Quisiera que por siempre lo descrito

se amolde a lo que dijo el gran Velarde,
feliz esperaré si por la tarde
se visten con su falda hasta el piecito.

Más no me sentiré tan condenado

si salgo por las seis de la mañana
y miro a una mujer que con su hermana
ya vuelven con el pan azucarado.

Así las miraré, tiernas mujeres

silueta de cristal y adamantina,
su gracia es provincial, tan campesina...
¡que encarnan el pudor de los ayeres!


Corazón de Jaguar ©


lunes, 9 de septiembre de 2019

Una escena de cortejo


Cuando me venga el desgano
de lo que no pudo ser,
tu inveterado poder
me tomará de la mano.

Y me verás a los ojos
como si fuera un jardín
hasta que pruebes al fin
el sueño de tus antojos.

Como lo dicta la historia
de la doncella feliz,
te quedará cicatriz
de aquella escena ilusoria.

Y dormirás como aldaba,
en pudibunda verdad…
¡sublime en la eternidad
que te dirá enamorada!

¡Ese cariño que inunda
tu vértice de coral
es delicado cristal
que a tu belleza fecunda!

¡Ay tu cabello castaño
que oprimes con precisión
al pecho y al corazón
cuando te anhelo y te extraño!

Me vuelvo Tezcatlipoca
y con viril interés,
de la cabeza a los pies…
¡mi palma indemne te toca!

Ya embelesada por ello
sujetarás un cordel
y me darás aguamiel
mientras me besas el cuello…

¡Oh Xochiquétzal preciosa
que tu vestido jazmín
reluce desde el Tajín
hasta la cuenca lluviosa!

En tu boquita acendrada
la ofrenda del azafrán
te rinde un culto galán
por verte aquí desposada…

He de clavarme una espina
y descubrir al quetzal
que adorna el manto nupcial
en el que posas divina…

¡Y en esta escena al cortejo
donde imagino tu tez
con tu sutil doncellez
este poema te dejo!


Corazón de Jaguar ©