sábado, 19 de diciembre de 2009

A una lejana seráfica




Mujer, de cierto se entrelaza
mi verso entre ramos de claveles
que impávidos imploran tu bonanza...

Sea bendita tu paciencia,
sea divina tu hermosura
y taumaturga mi vehemencia!

Mujer, de mí solo tendrás
la muestra más prístina de amor
suave y dulce como miel.

Perla mística, destello de cariño,
panegírico motivo que me inspira
a dormirme en tu regazo como niño.

Para mí eres los sublimes
toques de tierna inspiración
porque mis versos tomas y defines.

No más, no más violencia extraña
que tú mujer eres símbolo dichoso
de labios efusivos y mágica pestaña...

¡Oh mujer, bendita, sublime y coqueta
que eres mi mayor anhelo
recibe mis versos en hojas de violeta!


R. P. G.
Corazón de Jaguar




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